Nuestro mundo moderno funciona con electricidad. Con ella calentamos y enfriamos nuestros hogares, cargamos nuestros dispositivos y energizamos nuestras vidas. Tradicionalmente, la electricidad se ha creado usando combustibles no renovables, como carbón y gas natural. A medida que la tecnología de generación alternativa se volvió más accesible, más compañías de electricidad han aprovechado la energía renovable generada por nuestro mundo natural.